lunes, 30 de marzo de 2015

Enredando las normas.

Las redes sociales son un espacio de proyección del trabajo de los periodistas, fuente informativa y terreno para establecer una mayor cercanía con los lectores. Pero la intervención del periodista no suele tener la misma franqueza que en una taberna y hay un largo repertorio de episodios conflictivos en esta relación, necesaria, que se establece en las redes sociales. La CNN, por ejemplo, despidió a una redactora, Octavia Nasr, en 2010 por un “controvertido” mensaje político en Twitter. Nasr comentó posteriormente que en las redes sociales no se trata de lo que dices y de lo que quieres decir, se trata de la percepción de lo que has dicho y de lo que quisiste decir. “¿Qué guía puede abordar eso?”, se preguntaba.

Pues bien, lo cierto es que esas guías existen, de una forma más o menos extensa, son muchos los medios que últimamente se preocupan por tener un código de conducta para las redes sociales. Muestra de ello es, por ejemplo, The Washington Post, que en su guía de conducta en redes sociales recuerda a sus periodistas que cuando intervienen en ellas siempre son periodistas del diario y les recomienda, antes de publicar un mensaje, preguntarse si su contenido suscitará las dudas del lector sobre su capacidad para hacer el trabajo de manera objetiva y profesional. “Si es así, no lo publiques”, concluye. El texto incluye recomendaciones prácticas como la de contar hasta 10 antes de responder a una crítica, no tomarla como algo personal y nunca replicar en nombre del diario.
Otro caso sería la agencia Reuters, que ha optado por unas recomendaciones más genéricas y breves. Tras advertir que se debe evitar, “a toda costa”, la retórica incendiaria o el hablar por hablar, termina con un “tener cuidado” y antes de publicar un tuit aconseja reflexionar sobre el impacto que pueda tener en “nuestra profesionalidad o reputación colectiva”

Lo cierto es que tanto código ético no deja de ser algo así como "ponerle puertas al campo". Ningún código, por más extenuante que sea su articulado, anticipará y resolverá todos los conflictos que pueden presentarse. Con todo, los principios generales que establecen los códigos éticos, aunque daten del periodo analógico, son aplicables igualmente. Los periodistas de un medio han de tener presente que, sea cual sea el tema que traten, se identifiquen o no como tales miembros de la Redacción, muchos de sus seguidores lo son por su condición profesional y la prudencia en las redes sociales nunca será un error, particularmente si se comentan temas que se siguen profesionalmente. Por tanto, no queda más que apelar al sentido común de cada persona, y no limitar a los periodistas también fuera de la redacción. 

2 comentarios:

  1. La verdad es que nuestra profesión se encuentra cada vez más delimitada con barreras. Puede que no estemos especializados en cada materia de la vida, pero sí somos quienes comunican al mundo lo que está sucediendo y por ello, seguimos siendo profesionales.
    Muy buena Luis!

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  2. Muy de acuerdo contigo Luis, por mucho que se intente es imposible poner límites a las redes sociales. Al ser personales, cada uno publica de acuerdo a sus principios, y así pasa lo que pasa.
    ¡Sigue así!

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